viernes, 20 de octubre de 2017

 CLÍNICA DEL SÍNCOPE POR HIDROCUCIÓN.

Ya sabemos qué factores extrínsecos lo producen, pero ¿qué ocurre en el interior de nuestro cuerpo? Los humanos son organismos homeotermos, es decir, independientemente de la temperatura externa (siempre que sea en unos rangos asequibles), es capaz de mantener la interna más o menos constantes, activando mecanismos internos de compensación.Al someter al organismo a un cambio fuerte de temperatura, se desencadena bruscamente el reflejo inhibición de la respiración y la circulación, por lo que desciende la cantidad de sangre que llega al cerebro, pudiendo producirse mareos e incluso la parada cardiorrespiratoria. Esta reacción se puede agravar cuando se produce en períodos de digestión después de las comidas. Esto se debe a que, durante estos periodos, se acumula mayor cantidad de sangre en el aparato digestivo, lo que supone que llegue menos al cerebro, por lo que es más fácil que se produzca un déficit de riego.

En cuanto a la mortalidad, rara vez se produce por el síncope en sí. El problema es que esto se produce en el entorno del agua, por lo que la pérdida de conciencia puede dar lugar a un ahogamiento. En función de esto, se distinguen dos tipos de fallecidos por síncope por hidrocución:
  • Ahogados blancos, que son aquellos que fallecen por la parada cardiorrespiratoria producida por el síncope, que son los menos habituales. Se reconocen porque el cuerpo suele flotar en el agua.
  • Ahogados azules, que son los que se mueren ahogados en el agua al perder la conciencia; la hipoxia que se produce hace que se hundan en el agua.

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