lunes, 23 de octubre de 2017

POSIBLES CONTRAINDICACIONES

Esta recomendación de 2L diarios puede resultar excesiva para un adulto medio, sano, en un clima templado y con un estilo de vida sedentario (sin demasiada sudoración).

Incluso podría llegar a ser ligeramente perjudicial, puesto que existe el riesgo de alterar el balance de electrolitos corporal. Nuestro cuerpo requiere cantidades específicas de minerales como el sodio y el potasio en sangre. Pero el exceso de agua diluye estas concentraciones, lo que puede derivar en hiponatremia (bajos niveles de sodio en sangre) potencialmente peligrosa. Un exceso constante de agua sumado a una dieta muy baja en sal puede reducir los niveles de sodio en sangre lo suficiente como para causar efectos perjudiciales a largo plazo (fracturas óseas o problemas cardiovasculares).

Por otra parte, podría interferir con la digestión, por lo que no es aconsejable beber demasiada agua con la comida ya que nuestro estómago necesita de un medio ácido para digerir la comida. Si lo inundamos con agua, diluimos los jugos gástricos y por tanto la capacidad digestiva, además de restar eficacia a la eliminación de posibles patógenos, gracias al bajo pH estomacal.


Por último, beber cantidades excesivas de agua te expone a una mayor cantidad de compuestos potencialmente problemáticos como puede ser el flúor o el cloro (agua del grifo) o xenoestrógenos (agua embotellada).

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