
Además, numerosos estudios han demostrado a lo largo de los años que estos niveles de colesterol sanguíneo no guardan relación con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (estudio) o aterosclerosis. Sin embargo, numerosos estudios demostraron que los verdaderos culpables de aumentar estos niveles de colesterol sanguíneo y LDL son las grasas saturadas y los estilos de vida que incluyan el tabaquismo, el sedentarismo y el sobrepeso.
Como consecuencia, concluimos que las personas que consumen huevos no son más propensas a desarrollar enfermedades cardíacas, sino que por su contenido en grasas poliinsaturadas incluso pueden llegar a disminuir el colesterol sanguíneo y el riesgo de infarto (estudio) si sustituimos los alimentos ricos en grasas saturadas por huevos.
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