Entre las numerosas modas nutricionales que han surgido, no cabe duda que esta es la más positiva porque fomenta el consumo de frutas y verduras, pero su connotación milagrosa o terapéutica que nos hacen llegar mediante publicidad engañosa ha de ser desmentida. En primer lugar, como ya han apuntado numerosos nutricionistas, nuestro organismo ya dispone de mecanismos propios como los riñones, pulmones e hígado, para depurar o purificar nuestros órganos, en definitiva, eliminar los restos de desechos. Es por ello que ningún individuo sano los precisa y en caso de presentar alguna patología que altere su normal funcionamiento, estos batidos tampoco serían la solución.
Por otro lado, tampoco resultarían útiles en caso de llevar una dieta poco equilibrada y un estilo de vida no saludable. Además, estos son productos universales por lo que no tienen en cuenta las particularidades de la salud individuales y pueden llegar a ser problemáticos. Por ejemplo, si tienes la tensión baja o déficit de proteínas un elevado consumo de estos te puede provocar mareos.

Por último cabe recordar que una dieta exclusivamente a base de zumos detox causaría una peligrosa restricción de nutrientes y calorías necesarias, no pueden sustituir una comida principal ni formar parte de un patrón dietético en sí mismo. Esto se debe a que estas dietas detox restrictivas pueden ocasionar jaquecas, náuseas, fatigas, mareos… Además conllevaría una ingesta proteica insuficiente y nuestros músculos se resentirían y perderían masa, ralentizando el metabolismo. No obstante, su consumo habitual no restrictivo ni sustitutivo no está contraindicado.
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