Tenemos que saber que ambas afirmaciones son mitos y que son erróneas, ya que ni se va a pegar a nuestras tripas ni van a pasar 7 años en nuestro organismo y vamos porque:
La composición de los chicles es variada y cambia de una marca a otra, ya que cada fabricante utiliza una fórmula diferente, pero por lo general estos van a tener: saborizantes, endulzantes, conservantes, suavizadores y una base de goma que puede ser natural o artificial. Pues bien, nuestro organismo es capaz de digerir todos los ingredientes excepto la goma de mascar, pero esta va a avanzar por el aparato digestivo gracias a los movimientos peristálticos, de manera que no se va a quedar en nuestro cuerpo y va a ser excretado por el ano mediante el acto de defecación.
Son pocos los casos que se conocen donde tragar chicles tuviera repercusiones en las personas, y estos se produjeron en niños de 4 años o 18 meses donde el consumo de chicle era excesivo y siempre se los tragaban.
Para saber más sobre estos casos os dejo una noticia de la BBC.
Algunos efectos negativos que sí producen los chicles son: dañar los dientes, produciendo caries debido al azúcar que tienen o en grandes cantidades tienen efecto laxante. Por eso, se recomienda un consumo razonable de una o dos piezas de chicle al día y no tragárselos.
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